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miércoles, 3 de febrero de 2010

De tripas corazón...



El otro día fui con mi esposa a comer a la terraza del Condesa DF, en pleno corazón de la sobrevaluada y antiquísima Condesa. Nunca he presumido de tener un gusto por visitar distintos restaurantes, ni me gusta ir a aquellos que se las den de muy "acá". Pero como era el cumpleaños de ella, hice de tripas corazón.
El lugar estaba agradable, pero hacía mucho aire frío. Nos trajeron las cartas de sushi -porque solamente hay sushi- y ordené una sopa ramen y un sushi preparado a base de camarón capeado y salsa de coco. No sonaba nada mal.
Después de cuarenta minutos, finalmente nos trajeron nuestros "alimentos". Mi sopa se veía buena. La empecé a revolver y claro, no podía faltar, un cabello como de unops 12 centímetros de largo. Genial. Y yo muriéndome de hambre!!!!! No quise hacer ningún pancho porque eso a Moni le choca. Nuevamente de tripas de corazón.
Mi refresco, un simple vasito, de máquina, no de lata o de botella, sin gas, 38 pesos. Solo reí de lo absurdo.
Finalmente, mi sushi. DOS CAMARONES. Si, leyó bien estimado lector, eran DOS camarones empanizados partidos a la mitad, envueltos en alga y arroz, es decir, 4 pedazos diminutos dentro de un plato de sesenta centímetros.
En ese momento quise reirme a carcajadas de aquello, y exhigir una lupa de inmediato. Pagar 130 pesos por DOS camaroncitos sin mayor chiste? El mayor robo de la historia después del territorio de Texas por los Estados Unidos. El chistecito de haber ido a ese pseudo restaurante fue alrededor de 700 pesos. Una burla totalmente.
Jamás podré entender a la gente que gusta de tirar su dinero a la basura de esa forma tan absurda. No me refiero a las vece en que uno come rico, que realmente disfruta cada bocado, pero algo frío, con un sabor X, y una porción de "vamos a jugar a las comiditas" (porque incluso mi sobrinita de 2 años se quedaría con hambre), eso, sencillamente no se vale.
Nunca mais.

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